ORIGEN Y EVOLUCIÓN
El Arte románico fue un estilo artístico predominante en Europa en los siglos XI, XII y parte del XIII.
Surgió en el siglo X en Europa, tras el estado de ánimo apocalíptico, el malestar genreal y la desconfianza en el futuro de la sociedad, en la que la Iglesia ocupaba un lugar privilegiado gracias a su actividad propia, la oración, considerada como una función pública. La Iglesia intentó iinspirar e instruir a la nueva cristiandad a imagen de la ciudad celestial. Por ello, el arte románico es, sobre todo, simbólico: el alzado de sus naves es un medio de guiar el espíritu hacia lo divino.
Fue este fenómeno de resurgimiento social, espiritual, económico y demográfico, el que hace vivir a Europa un periodo de “Renacimiento Románico”, una auténtica fiebre por las construcciones, que se caracterizan por pretender parecerse a la cultura romana precedente.
Comenzaron a construirse grandes catedrales en las ciudades más influyentes y en los más importantes centros de peregrinajes (la catedral de Santiago el Apóstol, en Compostela es un ejemplo de ello). Más tarde el estilo se extiende por toda Europa y en la Baja Edad Media todo pueblo o aldea tenía su templo románico. Este arte es el primero que se desarrolla íntegramente en Europa y también el primer arte cristiano, que alberga formas arquitectónicas, esculturales y pictóricas con rasgos de trascendencia espiritual y que utiliza el lenguaje de símbolos para expresar las ideas y sentimientos.
El Románico fue la forma representativa del cristianismo en toda Europa. El país relacionado con el románico por autonomasia es Francia, aunque también tuvieron su participación Inglaterra, Escocia, Borgoña y la mitad norte de España. Italia, centro de la vida papal y por lo tanto opuesta a la unificación religiosa de todo el continente, recibió de forma más indirecta este estilo artístico, aunque fue el país con el románico más puro debido a su pasado como centro del Imperio Romano. Todo el conjunto de estos edificios, incluidos los que fueron derruidos en épocas anteriores, constituyen una gran fuente de investigación arquitectónica sin precedentes.
El siguiente vídeo sintetiza todo lo dicho anteriormente:
http://www.youtube.com/watch?v=FHLwD6ar0PQ
CARACTERÍSTICAS DE LA ARQUITECTURA ROMÁNICA
Plantas y Bóvedas
La planta típica de una iglesia románica es la basilical latina con tres o cuatro naves y crucero de brazos salientes. En el testero o cabecera, que siempre mira a oriente, se hallan tres o cinco ábsides semicirculares de frente o formando corona, llevando cada uno de ellos tres ventanas en su muro. Y en los pies o entrada del templo se alza un pórtico flanqueado por dos torres cuadradas. Los grandes monasterios o los santuarios suelen ofrecer un amplio el transepto y crucero, como también tienen prolongadas las naves laterales en torno a la capilla mayor constituyendo la girola o nave semicircular que da paso a diferentes capillas absidiales, abiertas en torno de ella a modo de corona. Algunas iglesias tienen los brazos del crucero convertidos en sendos ábsides que con el central forman una especie de gran trifolio.

La bóveda de cañón o bóveda de medio cañón era la utilizada en el Románico, una bóveda de sección semicircular, generada por la prolongación de un arco de medio punto a lo largo de un eje longitudinal. Sus paramentos presentan la forma de media superficie cilíndrica.

-La primera solución consiste en aumentar el grosor y el peso de los muros: para ello, la bóveda de cañón se construye generalmente con arcos de refuerzo, denominados arcos fajones o torales, apoyados generalmente en pilares o pilastras, y reforzados al exterior con contrafuertes.
-Otra posibilidad es construir dos o más bóvedas de cañón en paralelo, de modo que se contrarresten sus respectivos empujes: a menudo se utilizó este método para la construcción de iglesias de varias naves; no obstante, los muros exteriores requieren igualmente de refuerzos.
-El tercer método para soportar la presión de la bóveda consiste en interseccionar, en ángulo recto, dos bóvedas de cañón, creando una bóveda de arista.

Estas son las fuerzas laterales que actuan sobre los muros, aunque sea se cañón apuntado. Debido a la dificultad de horadar el muro sin que afecte a la estructura, los espacios cubiertos por bóvedas de cañón están en general poco iluminados.
Los muros
Utilizaban muros robustos, gruesos, y reforzados con contrafuertes para sostener el peso de las bóvedas, como antes hemos indicado.
Los contrafuertes
Los soportes característicos de un edificio románico son el pilar compuesto y el estribo o contrafuerte adherido exteriormente al muro. Los contrafuertes tienen por objeto reforzar los muros y servir a la vez de estribo o contrarresto a los arcos y bóvedas (servicio que también prestan los pilares compuestos): son visibles al exterior, lisos y de forma prismática. Pero cuando se adhieren a los ábsides aparecen frecuentemente a modo de columnas que sostienen el alero. Los muros están formados de sillares desiguales con poca regularidad en las hiladas.
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