BOTTICCELLI
Biografía
Sandro Botticelli, hijo de un curtidor, nació en Florencia en 1445. El nombre por el que se le conoce era probablemente el apodo de su hermano mayor o el nombre del orfebre del que fuera aprendiz. Más tarde fue discípulo de Fra Filippo Lippi. Trabajó con el pintor y grabador Antonio del Pollaiuolo, del que aprendió el dominio de la línea y también recibió gran influencia de Andrea del Verrocchio. Hacia 1470 Botticelli ya tenía su propio taller.
Dedicó casi toda su vida a trabajar para las grandes familias florentinas, especialmente los Médicis, para los que pintó retratos, entre los que destaca su Retrato de Giuliano de Medici. La adoración de los Magos no fue encargo de los Médicis pero en él pintó a los personajes con rasgos muy parecidos a los de dicha familia.
Como integrante del brillante círculo intelectual y artístico de la corte de Lorenzo de Médicis, Botticelli recibió la influencia del neoplatonismo cristiano de ese círculo, que pretendía conciliar las ideas cristianas con las clásicas. Esa síntesis se expresa en La primavera y en El nacimiento de Venus, dos obras realizadas para una de las villas de la familia Médicis, las obras más conocidas de Botticelli.
-El nacimiento de Venus: fue pintada para un miembro de
la familia Médici, para decorar uno de sus palacios de ocio en el campo. El tema mitológico era habitual en estos emplazamientos campestres, surgiendo imágenes como la Primavera o Venus y Marte. Venus aparece en el centro de la composición sobre una enorme concha; sus largos cabellos rubios cubren sus partes íntimas mientras que con su brazo derecho trata de taparse el pecho, repitiendo una postura típica en las estatuas romanas de las Venus Púdicas. La figura blanquecina se acompaña de Céfiro, el dios del viento, junto a Aura, la diosa de la brisa, enlazados ambos personajes en un estrecho abrazo. En la zona terrestre encontramos a una de las Horas, las diosas de las estaciones, en concreto de la primavera, ya que lleva su manto decorado con motivos florales. La Hora espera a la diosa para arroparla con un manto también floreado.

-La primavera: Es una obra impregnada de cultura humanística y neoplatónica de la corte de Lorenzo el Magnífico. Tiene un tono de narración situada fuera del tiempo real. Se presenta una atmósfera de fábula mitológica en la que se celebra una especie de rito pagano. Rompe con la pintura religiosa cristiana al ilustrar un rito pagano de primavera, representando a dioses clásicos casi desnudos y a tamaño natural y con un complejo simbolismo filosófico que requería un hondo conocimiento de la literatura y sincretismo renacentistas para interpretarla.

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